Alfonso Bialetti fue un ingeniero italiano conocido por la invención de la cafetera moka Express. Diseñada en 1933, la cafetera es un icono de estilo desde la década de 1950. Fue también el fundador de Industrias Bialetti, fabricante italiano de enseres de cocina.
El café moca toma su nombre de la ciudad costera del mar Rojo de Moca (Yemen), que ya en el siglo XV era una importante exportadora de café procedente en gran medida de Abisinia (región de Kaffa), especialmente a regiones de la península arábiga.
A principios del siglo XX ya existían en algunas cafeterías de Milán, unas cafeteras que obtenían el café bajo la presión del vapor. Se trataba de enormes dispositivos con caldera vertical, manejadas siempre por operarios expertos. Algunas de éstas cafeteras tenían forma de máquina de tren, como la patentada por Luigi Bezzera, maquinas que trataban de traducir los valores de la eficiencia y la emoción asociada con el tren expreso, a una bebida diaria.
En general estas máquinas cafeteras pretendía dar un café elaborado con rapidez, y producían un café denso y oscuro. La imagen del tren y el café, queda definitivamente asociada y fijada para los italianos en el «café express». Aún así, estas máquinas eran siempre voluminosas y costosas, bastante complejas, fabricadas en latón, y estaban presentes solo en algunos establecimientos, ejemplo de esta época son las máquinas desarrolladas por la empresa Gaggia.
A pesar de ello, la Moka Express es un diseño del ingeniero italiano Alfonso Bialleti que, en 1930, presenta un primer prototipo original de la Moka Express. Tras varios intentos inventó un sistema de preparación que cambió la imagen del café nacional en Italia. Se trata de un producto doméstico, ligero, de fácil manejo y con un ingenioso diseño que le lleva a utilizar tan solo cuatro elementos en tres partes para componer una cafetera que produce un café con unas características singulares excepcionales. Como el propio Bialetti proclamaba: «Sin necesidad de ninguna habilidad en absoluto» «Un café en el hogar al igual que uno en el bar».
Alfonso Bialleti, a pesar de pertenecer a una familia que había trabajado el metal durante generaciones, tuvo que formarse en Francia en el fundido y procesado del aluminio para poder realizar su diseño, volviendo en 1918 a Italia donde monta su propio taller de metales.
La elección del material parece responder a las circunstancias de restricción económica de la época: este material sería uno de los que la industria italiana tendría en mayor disposición para la fabricación de objetos. A pesar de ello, y de manera inesperada, Alfonso Bialetti observó que este metal confería un sabor particular al café realizado en estas cafeteras express, ello es debido a que el café tiene la particularidad de oxidar ligeramente este material; argumento que aún hoy en día, utiliza la marca para defender su producto.
Para su diseño, Bialetti combinó la tecnología y la estética moderna con la tradición italiana de la elegancia y la artesanía de los juegos de café. Todo en su diseño es geometría, el cuerpo de la base es un poliedro de dieciséis caras, mientras que un hexágono es el asidero de la tapa, que tiene forma afacetada como un diamante; en general todas las piezas se inspiran en el facetado de la piedras preciosas.
Esta descomposición y síntesis geométrica, la ausencia de ornamentos superfluos, así como la idea de máquina doméstica o la velocidad en la producción, ideas que se asocian al futurismo, dan una personalidad netamente italiana a esta pieza emblemática nacida en el período Art Deco.
Hay un simbolismo común que une a la era de la modernidad: Ligereza, la velocidad y la movilidad, la fuerza, la energía y la electricidad, son términos que se ajustan a esta estética y estos materiales, el aluminio y la baquelita, y están asociados con el nuevo estilo de vida que el hombre moderno buscaba.
Su aspecto metálico de máquina y diamante, trasladan perfectamente un gusto estético tan heterogéneo como el del Art Deco, a un diseño de producto netamente funcional. Es Art Deco llevado al diseño industrial, pero también es la expresión y deseo del diseño italiano de entrar en la era de la modernidad en plena depresión económica.
Alfonso Bialetti: La Moka Express. «Un café en el hogar al igual que uno en el bar».
Bialetti presentó el diseño definitivo en 1933 y sigue manteniéndose actualmente de manera idéntica, aunque la marca ha ido incorporando nuevos modelos basados en variantes del diseño original. Existen numerosas imitaciones, pero solo las piezas originales están marcadas con una caricatura que representa al propio Alfonso Bialetti alzando el dedo índice pidiendo un café express, realizada por el caricaturista italiano Paul Campani, al que llamó «El pequeño hombre con bigote».
L’omino con i baffi (el hombrecillo del bigote), creado en 1953 por Paul Campani
Antes de la segunda guerra, Alfonso ya era capaz de producir y vender unas 10.000 unidades de la moka al año, vendiéndolas incluso personalmente en los mercadillos. Sin embargo tras la guerra, su hijo Renato que había estado en un campo de prisioneros alemán, puso en marcha un sistema de comercialización, publicidad y producción que llevó a la marca a vender unas 1000 unidades al día. La eficiencia y vigencia de este diseño no deja lugar a dudas, su producción hasta hoy, más de 250 millones de unidades, y su uso en los hogares de manera ininterrumpida desde su creación, es una muestra clara de ello.
La máquina de café, La Moka Express, se encontraría en pocos años en el 90% de todos los hogares italianos cambiando la cultura del café italiano. Bialetti cambiaría así no sólo la técnica de elaboración de café, sino también el tejido social italiano y sus costumbres. Bialletti sigue siendo indiscutiblemente uno de los iconos del diseño italiano más respetados.
La cafetera tiene un diseño muy reconocible: un cuerpo octogonal que se estrecha a la mitad, en el punto en que se encuentra la rosca que separa la parte superior de la inferior. En ese punto se incluye el depósito para el café y el filtro, diseño inspirado directamente del funcionamiento de las lavadoras. Esta característica se ha mantenido inalterada a pesar de las múltiples variaciones en el diseño con el paso de los años.
El funcionamiento de la Moka Bialetti se basa en la producción del café a través del vapor. En la parte inferior de la cafetera se colocan el agua y el café en dos depósitos separados, el del café contiene además un filtro. La parte superior es una cavidad vacía, que únicamente incluye en su interior una pieza troncocónica hueca, conectada con el depósito de café inferior. Al calentar la cafetera, el agua de la parte inferior, entra en ebullición, «el agua en el depósito inferior empieza a hervir, convirtiéndose en vapor. Con la temperatura va aumentando la presión del vapor, lo que empuja al agua hacia abajo (el aire/vapor está en la parte superior y el agua abajo), lo que obliga al agua a subir por el tubo de la canastilla y pase a través del café, transformándose así en café filtrado que sigue subiendo gracias a la presión de vapor hasta llenar el depósito superior»(1). Esto hace que el agua atraviese el filtro y llegue al café. Al mezclarse con éste asciende por la pieza troncocónica, dejando únicamente el café líquido sin impurezas.
Texto de la publicación:
Jesús Torné http://torneartdesign.blogspot.com.ar/2014/03/los-autores-y-sus-obras-bialetti-y-la.html
Bibliografía y fuente:
Morteo, Enrico. «Diseño, desde 1850 hasta la actualidad». Electa Mondadori. Milán 2009
Myron Joshua, I need coffe: «The Story of the Bialetti Moka Express». www.ineedCofee.com
León, Ricardo. Asignatura «Historia del diseño Industrial». Aula de historia del diseño, Estudios Superiores de Diseño. Escuela de Arte de Sevilla.
(1) corrección de texto ralizado por D.I. Javier Castorena Davis 01/09/2018.
Te recomendamos seguir leyendo: