Cada uno hace su trabajo de forma diferente, pero existen competencias profesionales transversales que pueden enriquecernos independientemente. ¿Cuáles son las competencias más importantes en el mundo laboral?
Las habilidades profesionales representan el conjunto de habilidades, actitudes y fortalezas que requiere una empresa. Contribuyen al bienestar de la organización y están en sintonía con su misión y trabajo. Dependiendo de la empresa y del perfil profesional que se busque, hay competencias que se valoran más que otras.
Trabajar en equipo es una habilidad fundamental. Esto define la capacidad de colaborar con los demás, establecer un entorno positivo y coordinar el trabajo de todos.
Para demostrar esta competencia, debemos pensar en nuestro grupo de trabajo y asegurarnos de que nuestro trabajo esté en sintonía con los valores colectivos. Para trabajar con otros miembros de la organización, es fundamental estar abierto.
Si bien puede parecer una habilidad fácil de desarrollar, en realidad es compleja debido a la heterogeneidad de opiniones y formas de trabajar. Algunas personas luchan por delegar o compartir determinadas funciones, pensando que los resultados se verían afectados. Se trata de personas individualistas a las que les resulta difícil confiar en los demás.
Lo positivo es que es posible desarrollar esta competencia, y el primer paso para tener éxito es tomar conciencia de que no somos los únicos indispensables y que el trabajo de una empresa depende en gran medida de la colaboración y la creación de un entorno agradable entre los trabajadores.
Se trata del compromiso que ponemos en el trabajo, es fundamental entrar en el mundo profesional y hacer atractivo nuestro perfil a la mirada del empresario. Esta competencia depende en gran medida del sentido del deber y de la capacidad para realizar el trabajo.
Aquellos que no tienen esta habilidad fácilmente revelarán una falta de interés en el trabajo y una falta de sentido del deber. Además, no completar la tarea significa no saber cómo trabajar correctamente.
Pero no todo es blanco o negro, a cualquiera le puede pasar de vez en cuando encontrarse con algún inconveniente que le impida completar una tarea. Ser irresponsable, en cambio, significa no poder hacerlo continuamente.
La comunicación es fundamental en el lugar de trabajo, ya que sin ella no podríamos transmitir a los demás lo que queremos decir. La comunicación asertiva se refiere a la capacidad de enviar el mensaje de la mejor manera posible.
Se trata de una correcta interacción social, expresando los pensamientos de forma límpida y clara, evitando así malentendidos. Facilitar la comprensión en el lugar de trabajo facilitará el trabajo de todos, limitará los errores y mejorará el rendimiento empresarial.
De la mano de esta competencia encontramos la empatía, colocarnos en la piel de los demás personas nos permitirá expresar nuestras ideas y emociones, sin perdernos en opiniones o valoraciones que puedan dar lugar a malentendidos.
Las empresas requieren perfiles capaces de escuchar, comprender y transmitir adecuadamente la información, para crear un clima laboral positivo y promover el progreso.
El sentido de pertenencia es la capacidad de defender y promover los intereses de la empresa. Para hacer esto, debe estar en sintonía con sus valores. Demostrando esta competencia nos volveremos más interesantes a los ojos del empleador, quien sabrá que puede contar con un empleado leal y en armonía con la empresa.
El sentido de pertenencia coincide con el orgullo de una empresa. Es poco probable que los empleados que no se identifican con el lugar de trabajo se sientan cómodos y muestren un desempeño más bajo. Pues esta competencia se puede mejorar respetando los siguientes puntos:
Aunque tenemos una buena experiencia, siempre aprendes algo nuevo de cada trabajo. Esta competencia consiste precisamente en la capacidad de adquirir nuevas habilidades y conocimientos.
Un requisito muy requerido de los trabajadores es la capacidad de capturar y asimilar conceptos e información esenciales para el trabajo. Cuanto más desarrollada sea esta competencia, más fácil será crecer en el trabajo y gestionarlo mejor.
La capacidad de aprendizaje permite al empleador notar interés y compromiso con el trabajo. Desarrollar esta competencia puede ayudar tanto a asimilar nuevos conceptos como a aprender de los errores que cometemos al buscar soluciones.
Es la capacidad de ser flexible y versátil ante nuevas personas y situaciones, así como aceptar el cambio en términos constructivos. Esta característica minimiza los problemas en el negocio, por lo que tiene una gran demanda.
La adaptabilidad es importante para hacer frente a constantes innovaciones tecnológicas y cambios legislativos. Aunque no estemos preparados, es importante saber gestionar la noticia de la mejor forma, demostrando que sabes adaptarte incluso en el trabajo.
Esta habilidad también sirve para afrontar mejor los nuevos desafíos. Te confiere una mayor confianza en ti mismo y te empuja a afrontar nuevas situaciones y tomar decisiones de forma positiva.
Las empresas buscan perfiles capaces de realizar las tareas que se les asignan. Para ello, la planificación es fundamental, es decir, establecer prioridades y distinguir entre tareas urgentes y secundarias para sacar el máximo provecho del trabajo.
Saber organizar mejor tú tiempo es una ventaja en la consecución de objetivos y te ayuda a realizar más actividades de forma más eficaz.
Para planificar, necesita conocer sus límites, saber hasta dónde puede llegar y encontrar la disciplina necesaria para llevar a cabo los planes a tiempo. No se trata de alcanzar la perfección, sino de establecer pautas que nos ayuden a gestionar todas las actividades.
Las habilidades profesionales requieren un ejercicio de aplicación frente a determinadas situaciones, además no se aprenden por arte de magia, sino a través de la experiencia y con el aprendizaje pre y post-laboral.
Afortunadamente, las habilidades que le hemos expuesto en este artículo pueden aprenderse y enseñarse desde una edad temprana, además de adquirirse con experiencia laboral.